Las habilidades de afrontamiento son un tema ampliamente estudiado en psicología, y dos autores prominentes en este campo son Richard Lazarus y Susan Folkman, quienes desarrollaron la Teoría del Estrés y el Afrontamiento. Según esta teoría, el estrés surge de la evaluación cognitiva que hacemos de los eventos como amenazantes o desafiantes, y nuestras respuestas de afrontamiento son influenciadas por esta evaluación. Quiero aclarar que los eventos per se no son estresantes, sino la evaluación que hacemos del mismo.
Lazarus y Folkman identificaron dos tipos principales de afrontamiento: el afrontamiento orientado al problema y el afrontamiento orientado a la emoción. El afrontamiento orientado al problema implica abordar activamente el problema que causa estrés, mientras que el afrontamiento orientado a la emoción implica regular nuestras emociones y manejar el malestar emocional. Es decir, unos se enfocan en resolver el problema que les causa estrés y otros se enfocan en regular las emociones, pero no necesariamente resuelven el problema; razón por la cual la fuente estresante sigue presente y en cualquier momento se vuelve a presentar una crisis.
Un experimento relacionado con el tema de habilidades de afrontamiento es el estudio de Lazarus y Folkman (1984) sobre el afrontamiento y el estrés en pacientes con enfermedades crónicas. Este estudio encontró que los pacientes que utilizaban estrategias de afrontamiento centradas en el problema tenían una mejor calidad de vida y menos síntomas de estrés y depresión en comparación con aquellos que utilizaban principalmente estrategias de afrontamiento centradas en la emoción.
Lazarus y Folkman se refieren a las habilidades de afrontamiento centradas en el problema como estrategias que están dirigidas directamente a abordar el problema o la fuente de estrés en sí mismo. Estas estrategias implican tomar medidas activas para cambiar la situación que está causando estrés o dificultades.
Algunos ejemplos de habilidades de afrontamiento centradas en el problema incluyen:
1. Identificar y definir claramente el problema.
2. Generar soluciones posibles.
3. Evaluar las ventajas y desventajas de cada solución.
4. Implementar la mejor solución.
5. Monitorear y ajustar la estrategia según sea necesario.
Estas habilidades de afrontamiento están orientadas hacia la acción y pueden ayudar a las personas a sentirse más empoderadas y capaces de manejar situaciones estresantes. Al abordar directamente el problema, las personas pueden sentir un mayor sentido de control sobre su situación y experimentar menos angustia emocional.
Es importante destacar que no todas las situaciones pueden abordarse eficazmente con estrategias centradas en el problema, y a veces es necesario combinarlas con otras estrategias, como las centradas en la emoción, para lograr el mejor resultado. Sin embargo, las habilidades de afrontamiento centradas en el problema son una herramienta valiosa en el kit de herramientas de afrontamiento de una persona para enfrentar el estrés y las dificultades en la vida.
En resumen, las habilidades de afrontamiento son fundamentales para manejar el estrés y las adversidades en la vida. Autores como Lazarus y Folkman han contribuido significativamente a nuestra comprensión de este tema, y los estudios experimentales han demostrado la importancia de diferentes estrategias de afrontamiento en la salud mental y el bienestar.
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