Estimados padres,
Me dirijo a ustedes con un mensaje que nunca pensé que tendría que entregar. A través de esta carta, les presento un testimonio desgarrador, pero necesario, que espero sirva como un llamado urgente a la reflexión y la acción. Esta carta proviene de un hijo que, como muchos otros, enfrentó el acoso escolar en silencio, esperando encontrar apoyo y comprensión en sus padres. Sin embargo, lamentablemente, sus llamados de auxilio fueron ignorados, y las graves consecuencias de esta falta de escucha y comprensión se manifestaron en un desenlace trágico.
Es crucial que tomemos conciencia de la importancia de escuchar a nuestros hijos, de estar atentos a sus señales de sufrimiento y de actuar con empatía y compasión. El acoso escolar no es un problema que debamos subestimar o pasar por alto; sus consecuencias pueden ser devastadoras y, en casos extremos, incluso mortales. Esta carta es un recordatorio de que nuestro papel como padres va más allá de proveer y proteger; también implica brindar un espacio seguro y comprensivo donde nuestros hijos se sientan escuchados, valorados y apoyados en todo momento.
Espero que esta carta nos inspire a reflexionar sobre la importancia de cultivar una comunicación abierta y afectuosa con nuestros hijos, y nos motive a tomar medidas concretas para prevenir y abordar el acoso escolar en todas sus formas.
CARTA:
Hola,
Nunca pensé que les diría esto, no me había atrevido hasta hoy, pero ya no tengo nada que
perder. Espero que sirva de algo y que no le hagan lo mismo a mis hermanos y a muchos otros niños y niñas que están pasando por lo mismo…. Ustedes siempre me dicen que la venganza y el odio son sentimientos que sólo tienen las malas personas, yo debe ser muy, pero muy mala persona, porque sólo pienso en vengarme. Los odio.
No entiendo por qué tú mamá que tanto me quieres y tú papá que eres el hombre de la casa
que protege a la familia me dejaron solo, son lo único que tengo o tenía más bien. No me
escuchan y creen que invento todo, que exagero, que me tomo todo a pecho; insisten en
invitarlos a mis fiestas, en que salgamos de fin de semana con ellos y sus padres, me dicen
que los hijos de sus amigos son un encanto y yo por más que les digo que no quiero verlos,
ustedes prefieren quedar bien con sus amigos, no hacerme caso y seguir saliendo con ellos.
No me importa que sean sus amigos, yo no quiero verlos más!!! A ninguno.
Durante años esos chicos que ustedes creen simpáticos y buenas gentes, me han fastidiado en
la escuela, me han dicho “teto”, “gay”, “gordo”, y siempre se burlan de mí. Me hacen ver como una basura frente al grupo de compañeros, no se cansan de humillarme. Tú mamá, me dijiste que no les hiciera caso y por seguir tu consejo se enojaron más y el viernes pasado me
agarraron en el baño y me hicieron tomar agua con orina de la taza, fue horrible. Me sentí
completamente paralizado, no pude… no pude defenderme. No les dije nada porque sabía que mi papá me diría que me debería de haber defendido y que cómo era posible que no lo hice. Me siento con mucha vergüenza por no poder defenderme y decepcionar a mi papá y a la vez tengo mucho enojo en contra de ustedes. Sí, como lo oyen…cómo te atreves a decirme que no les haga caso, cómo no voy a hacer caso a la humillación que sentí y tú papá probablemente eres super poderoso y te atreves a enfrentarlos, yo no me atrevo, me da mucho miedo, es un miedo que me paraliza, simplemente no puedo.
Eso sí, la responsabilidad ante todo. Bajo el pretexto de la responsabilidad y con el choro de
que tengo que enfrentar las situaciones, ustedes me obligaron a ir a clases el lunes y llegando,
desde el pasillo de la entrada sentía todas las miradas de burla hacia mí, esos idiotas habían
subido el video que grabaron en el baño a internet, todos me vieron haciendo el ridículo. ¿Por qué chingaos insisten en que tengo que ir a clases si en el colegio solo tengo enemigos. Los maestros no sirven de nada, según ellos los idiotas estos son los alumnos estrella y dicen que yo me autoexcluyo. La psicóloga les recomendó que me llevaran a un curso de habilidades sociales o a terapia para aumentar mi seguridad y aprender a poner límites…cómo…cómo se les puede poner límites a un grupo de malditos que disfrutan con el sufrimiento de otros…cómo???
No soporto la vergüenza que siento por decepcionarlos; efectivamente no soy como mi
hermana que tanto me comparan, por eso les voy a quitar un peso de encima. No sé que va a
pasar y no sé que voy a sentir, lo que sí sé es que ya no quiero sentirme como me he sentido
los últimos tres años de mi vida. Quiero descansar, no puedo dejar de preguntarme por qué a
mí, qué les hice, qué hice para merecer esto…quiero descansar…tengo miedo, tengo mucho
miedo y mucha tristeza, pero quiero descansar.
Fer.
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